Claudia Vanney: «La disposición más importante es darse cuenta de que uno puede aprender del otro»


Claudia Vanney: «La disposición más importante es darse cuenta de que uno puede aprender del otro»

De izquierda a derecha: María Cerezo, Claudia Vanney y Carlos Blanco.

El pasado viernes 8 de febrero se celebró en la Librería Neblí  (Madrid, España) la presentación del libro ¿Determinismo o indeterminismo? , de Claudia Vanney y Juan F. Franck, ganadores de la 1.ª edición de los Premios Razón Abierta.

El acto comenzó a las 19:30 en la librería de la Calle Serrano. Tras una breve introducción de Isaac Caselles, gestor de la Editorial UFV y Max Bonilla, Director  Internacional del Instituto Razón Abierta, Claudia Vanney (editora), María Cerezo (autora) y Carlos Blanco (autor) comenzaron un diálogo sobre el contenido del libro y la importancia de la interdisciplinariedad.

Empezamos la presentación del libro “¿Determinismo o indeterminismo?”, de #ClaudiaVanney en @TroaLibrerias. pic.twitter.com/EC8Srbucqw

— Premios RazónAbierta (@RazonAbierta) 8 de febrero de 2019

Este libro es la primera publicación de la Colección Razón Abierta que ha lanzado la Editorial de la Universidad Francisco de Vitoria. La colección recoge obras ejemplares y significativas en cuanto al diálogo ciencia – filosofía y/o teología. La próxima publicación será Universo Singular, del ganador de la 2.ª edición de los Premios Razón Abierta, D. Javier Sánchez Cañizares.

Durante la presentación, Claudia Vanney enfatizó en la importancia de la humildad intelectual para aprender del otro y recalcó en varias ocasiones que es una condición indispensable para lograr un verdadero diálogo interdisciplinar. Además, invitó a los asistentes a leer el libro, fruto de tres años de trabajo y de la humildad intelectual de todos los colaboradores. «La disposición más importante es darse cuenta de que uno puede aprender del otro», afirmó. 

María Cerezo compartió su experiencia de trabajo con una bióloga explicando el proceso mediante el cual se descubrían, de algún modo, reduccionistas en lo que se refiere a su ciencia. Sin embargo, matizó que a veces se habla de un tipo de reduccionismo que no es tal: el de seguir la propia metodología sin salirse de sus cauces para obtener un conocimiento riguroso de aquello que se quiere investigar. Así lo explicaba:  «no significa que uno sea reduccionista del todo, en el sentido de que puede darse cuenta de que la propia ciencia que está desarrollando tiene unos presupuestos metafísicos acerca de unas conexiones causales que son de una naturaleza distinta a la meramente científica o empírica. Las causas no se ven, la presupone metafísicamente para hacer la ciencia que quiere hacer». El reto de la intesdisciplinariedad consiste, por tanto, en respetar y entender las distintas metodologías para poder asentar un diálogo basado en un lenguaje común. 

Carlos Blanco destacó la importancia de estar dispuesto a abrir el propio paradigma intelectual para nutrirse de una manera profunda de otras disciplinas y así también aportar algo. «Aunque solo sea aportar una pregunta, muchas veces una pregunta es más importante que una respuesta porque abre la posibilidad de plantearse más preguntas, orienta la investigación hacia el futuro, hacia lo inexplorado». 

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